Cumplido el centenario del documento sobre la función de la música sagrada que produjo san Pío X, el Papa S. Juan Pablo II subrayó que este “se presenta como medio de elevación del espíritu a Dios y como valiosa ayuda para los fieles en la «participación activa en los sacrosantos misterios y en la pública y solemne oración de la Iglesia». La especial atención que se ha de dedicar a la música sagrada, nos recordaba el santo Pontífice, deriva del hecho de que «como parte integrante de la liturgia solemne, la música sagrada tiende a su mismo fin, el cual consiste en la gloria de Dios y la santificación y edificación de los fieles»…para que (…) los fieles se preparen mejor a recibir los frutos de la gracia, propios de la celebración de los sagrados misterios. Recientemente el Papa Francisco alertó acerca de una cierta “mediocridad, superficialidad y banalidad” que se da a veces en la expresión de la música destinada al culto y escapa “de la belleza y de la intensidad de las celebraciones litúrgicas”. Para orientar sobre este aspecto de las celebraciones litúrgicas, recibimos en el Colegio a tres religiosas, Hermanas de la Congregación Mater Dei. En una charla intensa que se extendió por casi dos horas (“pasaron volando”, en expresión de una de nuestras alumnas) tuvimos la oportunidad de recibir una sólida argumentación sobre los tipos de música más apropiados para el culto Divino y, a la vez, asomarnos también a la contemplación de la Belleza. Decimos esto, habiendo tenido a la vista las caras expectantes – diríamos atónitas – de nuestros chicos, atentos a las religiosas interpretando algunos temas de música sagrada, como el Ave María en expresión polifónica. Todo mechado con las oportunas y divertidas entradas de la Hermana Cecilia (ya había estado con nosotros hará unos diez años) concitando atención desde la argumentación y desde sus interpretaciones en el teclado. Un aporte más en el propósito de fundamentar estos importantes aspectos litúrgicos.

No las hemos de olvidar.
La causa de Malvinas ha tenido un extraordinario aliado en el trabajo constante que, durante años, se gestó en nuestras escuelas: la fundada repetición de la consigna “Las Malvinas son argentinas”, ha sido un acicate fundamental para mentalizar positivamente a nuestra gente a través de generaciones.