Nuestras noticias.

La posibilidad de emprender un camino arduo y culminarlo con éxito, está en su dedicada preparación: en la orientación, el conocimiento, la confección de mapas, el pedido de ayudas. Así arrancamos este año del Colegio, en el que egresará la vigésimo segunda promoción. Hemos tenido nuestra reunión general de inicio de ciclo con todo el personal del Colegio. La iniciamos con la Santa Misa, celebrada por el Padre Héctor María Armelín, ofreciendo a Nuestro Señor todos los propósitos, trabajos, dificultades y logros, propios del año escolar. El Padre, en su prédica, hizo hincapié en el valor de esta convocatoria en torno a Jesús como Maestro y teniendo muy presente la acción de la Gracia. Invitó a los docentes a reforzar nuestro papel de católicos comprometidos desde la cátedra, buscando encontrar sentido a nuestro testimonio como mensajeros del Evangelio en las aulas. Enfatizó el valor de iniciar nuestra labor haciendo memoria agradecida por todos los logros, poniendo en manos de la Gracia nuestros propósitos de todo el año. Seguidamente, se realizó una rápida presentación del año, anunciándose que en 2024 estaremos trabajando especialmente en la virtud de la Templanza y – como en todos los últimos años, se subrayó la adhesión Institucional a la Marcha por la Vida, que tendrá lugar en el centro porteño el próximo 23 de marzo.  Se realizó la habitual presentación del personal docente que se incorpora a la Institución.  

A continuación, el Doctor Claudio García Pintos, brindó una esclarecedora charla en la que analizó los vínculos entre la labor docente y los cambios socio – culturales que impactan en el vínculo entre colegio y familias de este tiempo.

El Dr. García Pintos es licenciado y doctor en Psicología por la Pontificia Universidad Católica Argentina (1986), profesor titular de la Universidad Católica Argentina, la Universidad Austral (Argentina) y profesor invitado en universidades latinoamericanas, así como director del CLAE (Centro de Logoterapia y Análisis Existencial) de la Universidad Católica Argentina y director de la Cátedra Abierta Viktor Emil Frankl. Autor de una quincena de libros publicados en Argentina, Brasil, México y de numerosos artículos publicados en revistas internacionales, y conferenciante en diferentes países latinoamericanos.

Inició su presentación, destacando la condición del hombre como ser personal, con cuerpo y alma espiritual. Plantea la necesidad de entender a nuestros alumnos más allá de la mera consideración del campo de los conocimientos. Hace un análisis retrospectivo de aquello que se esperaba hace cuarenta años del docente, como quien tramitaba centralmente el campo de los contenidos conceptuales. También, trae a colación la ruptura del vínculo, del acuerdo mutuo que asocia a Colegios y a familias. Y a partir de ello, la enorme dificultad que se plantea para los que enseñan.

Puso énfasis en la consideración de los niños y adolescentes como personas con necesidad de contención y de afecto, que los colegios no pueden soslayar. Subrayó el papel fundamental del que enseña en la educación emocional de los alumnos. En especial en el Nivel Inicial y primeros años del Nivel Primario, el propósito central de los colegios debería ser preparar a nuestros alumnos en aquello que los ayude a manejar las emociones: ¿Cómo se conduce ante la frustración, el enojo, la impaciencia, la tristeza, las ansiedades?

Es un aspecto más en los que, docentes y padres, deben trabajar conjuntamente.

Destaca que la mirada del docente ha de estar sobre esas oportunidades que debe ir descubriendo el alumno, se trata de considerar la vida del que aprende, como un enigma que el Colegio puede contribuir a develar. A ese respecto, propone ayuda a la visualización de horizontes de futuro, teniendo en cuenta en todo momento, la tensión entre trascendencia y existencia. Insiste en la consideración de la vida de cada uno de nosotros – y de nuestros alumnos – como oportunidad, que implica una tarea y que nos conduce a una misión.

Propone un trabajo de formación desde las primeras etapas de la escolaridad para generar estructuras familiares, personales y educativas que promuevan el desarrollo de personas íntegras, capaces de amar.