Se sabe de la muy austera religiosidad del Libertador, en la que se destaca su devoción Mariana, inculcada por su madre, doña Gregoria Matorras. En este aspecto – regularmente oculto por ciertas corrientes historiográficas – profundizó el pasado miércoles 17 de agosto, la Profesora María de Jesús Cobelli, frente al Colegio reunido, en la charla previa al acto en homenaje al General San Martín. Puso de manifiesto aquellas piadosas prácticas que tanto en lo familiar y personal, como en las órdenes de campaña destinadas a las fuerzas bajo su mando fueron una práctica infaltable en formaciones y cuadras. Así, en las memorias del coronel Espejo se menciona que, después de cumplido el toque de diana, se atendía un momento de oración que, en la noche, se traducía en el rezo del santo Rosario.

Saber para poder argumentar.
Cumplido el centenario del documento sobre la función de la música sagrada que produjo san Pío X, el Papa S. Juan Pablo II subrayó que este “se presenta como medio de elevación del espíritu a Dios y como valiosa ayuda para los fieles en la «participación activa en los sacrosantos misterios y en la pública y solemne oración de la Iglesia».