Marcando el inicio de su Pasión, Nuestro Señor ingresó a Jerusalén. Multitudes de seguidores se reúnen en torno a Jesús, creen en Él y le dan la bienvenida, tendiendo sus ropas en el suelo cuando accede a la ciudad santa. Los católicos celebramos esa entrada el Domingo de Ramos, una semana antes del de Pascua de Resurrección. Y en el Jardín recreamos, con la orientación y guía del Departamento de Formación Religiosa, ese acontecimiento que abre la semana Santa. Se trata de un trabajo muy significativo para los niños y un modo de desplegar el drama histórico en forma dinámica, integrando conocimientos de historia sagrada, arte y diversión. Se busca la mayor conexión posible entre unos hechos que han dividido la historia de la humanidad, con la formación de nuestros propios chicos. La inclusión de esta técnica nos permite el desarrollo activo de las circunstancias de estos episodios evangélicos. De este modo se atiende a la sensibilización de los niños, quienes pueden participar de una experiencia valiosa estéticamente, reflexionar sobre los acontecimientos teatralizados, favoreciendo el desarrollo de su identidad, su capacidad de comunicación, así como la adquisición de mayor autonomía. Cada uno de los chicos se ha ido con su ramo de olivo para participar de la celebración el domingo correspondiente.

Convocados a acompañar al señor en Su Pasión.
Hoy día, el cine es un medio irrenunciable para la evangelización, asegura el cardenal Paul Poupard, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura.