El quince de octubre de 2005, el Papa Benedicto XVI tuvo en la plaza de San Pedro un encuentro singular: se reunió con más de cien niños de primera comunión que le hicieron preguntas sobre la Eucaristía. A una de ellas respondió con paternal cariño: la Adoración es reconocer que Jesús es mi Señor, que Jesús me señala el camino que debo tomar, me hace comprender que sólo vivo bien si conozco el camino indicado por Él, sólo si sigo el camino que Él me señala. Así pues, adorar, es decir: «Jesús, yo soy tuyo y te sigo en mi vida; no quisiera perder jamás esta amistad, esta comunión contigo». Debemos asumir que la fe y el amor se transmiten no sólo, ni principalmente, con palabras y discursos. Antes de las palabras, podemos decir que la conciencia de la Presencia Real de Jesús se comunica por el contacto vital, por las actitudes que transmitimos a los chicos desde la familia y desde el Colegio.
Los más chicos también demuestran su amor a Jesús, aprendiendo a adorarlo en el Santísimo Sacramento. Además de alabarlo le dan gracias por todas las cosas lindas que reciben de Él y piden por sus necesidades y las de los demás.
En el Colegio, los jueves hay Adoración Eucarística para los alumnos de Nivel Secundario. Para ello, se organizan turnos de visita a la Capilla, con el propósito de acompañar a Jesús en el Santísimo Sacramento.

La riqueza de unas jornadas de convivencia.
Nuestro Proyecto escolar, en función de las actividades que se planifican para cada año, alienta la realización de las que hemos denominado, «Convivencias».