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Se refiere en la vida de Don Bosco, que transcurría una de las noches semanales sin dormir. ¿Qué sentido tenían estas vigilias del santo de la juventud? ¿Se ocupaba de la oración, reflexionaba sobre su empinada obra, proyectaba avances sobre los Centros Juveniles? No, no era eso. Escribía historia… historia destinada a sus jóvenes del barrio de Valdocco. Es que este santazo, modelo de los educadores, sabía que necesario conocer las historias de los grandes hombres para poder seguirlas. Sabía que la historia es, según la conocida sentencia ciceroniana, maestra de la vida y, cuando se aplica –como se debe hacer– al estudio de los hechos trascendentes del pasado, focaliza la inteligencia y la voluntad en aquellos hechos pretéritos que hicieron mella a lo largo de los siglos, logrando así una causalidad ejemplar. Inspirados en esta visión de la Historia, desde el Colegio pretendemos que las efemérides sean ocasión de poner en foco la importancia que los arquetipos poseen para la educación de los niños y jóvenes. En el último acto que evocó el paso a la Inmortalidad del Libertador General D. José de San Martín, hemos cuidado este propósito. La Profesora María José Rossi se refirió a la personalidad y gesta del homenajeado. Por otra parte, las alumnas de tercer año “B”, Faustina Ávalos, Inés Proot e Inés Walker, hicieron lectura de su trabajo, en el que analizaron las virtudes proverbiales del Libertador.