Con permanente preocupación seguimos la evolución del problema sanitario y todas las restricciones que afectan a las clases presenciales.
Sin embargo, estamos convencidos que no podemos desatender las consecuencias negativas de estas medidas.
Nos apena el empobrecimiento de los vínculos durante la etapa de aislamiento social. Preocupan también los efectos psicológicos que se advierten en algunos de los chicos, consecuencia de la prolongada falta de interacción directa con los maestros y con sus pares. Se extrañó el efecto organizador que las rutinas escolares deben tener sobre los chicos.
Como Colegio, como profesionales de la educación, nos inquieta muchísimo la considerable “masa crítica” de aprendizajes que se han dañado y los que no se consiguen consolidar. Queremos por este medio compartir esta inquietud, con el objeto de seguir alentando el imprescindible ejercicio de peticionar a las autoridades para que se defienda – con los cuidados a los que obliga el problema sanitario – una seria actividad presencial en nuestras aulas. La educación es una actividad esencial.
Un febrero muy intenso planificando el año escolar.
Desde el 14 de febrero, los integrantes del equipo docente de EP (maestras y profesores especiales) participaron de intensas jornadas de trabajo.