Sin especificar la frecuencia con la que deberíamos comulgar, nuestro Señor simplemente nos llama a comer Su Carne y beber Su Sangre, y nos advierte que, si no lo hacemos, no tendremos Vida en nosotros. El deseo de la Iglesia ha sido, es y será siempre, que los católicos, hasta donde sea posible, comulguen a menudo para fortalecer las almas contra el pecado y hacer más íntimo el trato con Jesús. En el Colegio tenemos la gracia de disponer, desde el 14 de marzo de 2006, de la presencia permanente del Santísimo en la Capilla. Esto brinda una extraordinaria posibilidad a todos los que transitamos el Colegio, de acercarnos al Señor en ratos de Adoración. Tiempos como los que tienen lugar cada jueves en la mañana, en que grupos de chicos buscan ese rato a solas con Jesús Sacramentado. Así mismo, los viernes muy temprano, sobre las 06.40, ingresan alumnos a la Capilla, bajo el estímulo entusiasta del Profesor Juan Curutchet (h), para tener ese encuentro con el Señor.
A su vez, cada martes y viernes, está disponible la posibilidad de comulgar y resulta emocionante la cantidad de alumnos y docentes que se acercan a recibir la Eucaristía. Nos dice Ana Aldao, a la sazón Ministro extraordinario de la Eucaristía en nuestra Casa desde el ingreso mismo del Santísimo de modo permanente: «- Martes y jueves. El sonido de la campanita les recuerda que hay comunión. Entran corriendo a la Capilla. ¡Qué lindo sería mantener ese entusiasmo toda la vida! Y la Capilla se llena de alegría, de pureza, de inocencia. Nos acompaña Marian con el piano y los chicos cantan todos. Cuqui y Cecilia los ordenan, los guían. Muchas veces me resulta difícil poder leer las oraciones, un nudo me aprieta la garganta. No dejo siempre de pedir a Dios: «¡Señor que ninguno de éstos se pierda!«

En el Día del Niño por nacer II, Marcha por la Vida.
En honor y defensa del Niño por Nacer, la décima edición de esa movilización federal, se llevó a cabo el sábado 29 de marzo.